El mensaje evangélico en el precatecumenado

El mensaje del Evangelio es una parte central del Precatecumenado.

El artículo 38 de la OCIA dice que debemos “dar a los candidatos una explicación adecuada del Evangelio”. Asimismo, el artículo 42 de la OCIA dice que antes de que alguien pase del primer período del Precatecumenado al Catecumenado, “los fundamentos de la enseñanza cristiana” deben haber “echado raíces en los candidatos”.

El Evangelio y los fundamentos de la enseñanza cristiana incluyen lo siguiente:

  • Trinidad y creación – Dios es Trinidad y crea a partir de su amor divino.
  • Revelación divina – Dios nos habla para que conozcamos su voluntad
  • Hombre y mujer – Estamos hechos a imagen de Dios (Lat. Imagen Dei)
  • Pecado – Nos hemos separado de Dios por nuestra propia voluntad
  • De Adán a Jesús – Dios ha estado trabajando para salvarnos a través de los pactos.
  • Jesucristo – ¡En la alianza final y definitiva, Dios se hizo hombre!
  • Misterio Pascual – ¡Jesús nos salva a través de su Sufrimiento, Muerte, Resurrección y Ascensión al Cielo!
  • Pentecostés – Jesús envía el Espíritu Santo; nace la iglesia
  • Vida en Cristo – Jesús nos libera de nuestro pecado y nos trae la verdadera alegría en la santidad.
  • Las 4 últimas cosas – Moriremos y seremos juzgados; El cielo y el infierno son los dos únicos destinos finales de toda persona humana.

Los puntos anteriores sirven como resumen de lo que se conoce con diferentes nombres: La historiaLa narracióno Historia de la salvación. El Directorio General para la Catequesis dice: “En la catequesis patrística, la narración (narración) de las maravillosas obras de Dios y la espera (expectativa) del regreso de Cristo acompañó siempre la exposición de los misterios de la fe” (#107).

Una forma muy antigua y tradicional de presentar el Evangelio es contar La historia de la familia católica. Esta es la historia de quién es Dios y cuál es su plan para nosotros. La historia debe contarse – en su totalidad – cerca del comienzo mismo del proceso catecumenal. Esto se puede lograr en treinta minutos. El catequista simplemente expone la historia, elemento por elemento, comenzando con Dios, continuando hasta el día de hoy y siguiendo hasta las últimas cosas: la muerte, el juicio, el Cielo y el Infierno.

Una vez La historia Como se ha dicho, el resto del Precatecumenado se puede dedicar a centrarse en los puntos principales de este Historia (es decir, los puntos proporcionados anteriormente). Esto, junto con la respuesta a las preguntas de los investigadores, constituye el contenido del Precatecumenado. Por supuesto, se necesita más. Es necesaria una discusión en grupos pequeños sobre cómo estos puntos de la historia afectan las vidas de los participantes. También son necesarios otros componentes, incluida la adquisición de patrocinadores; invitar a investigadores a las casas de los feligreses; orando juntos; etc.

El siguiente período de la OCIA –el catecumenado– es el período en el que profundizamos estos fundamentos de la enseñanza cristiana y les ponemos carne a los huesos, por así decirlo. Por lo tanto, no hay prisa ni necesidad de profundizar mucho al presentar los aspectos antes mencionados de la Buena Nueva, el “Evangelio”.

Para una exposición más profunda, descargue y lea el artículo en PDF titulado: “Encendiendo fuegos en la OCIA: catequesis y apologética precatecumenal.”

Entrada de blog relacionada

Consulte también la entrada del blog titulada: “La Historia – Contexto para la Catequesis

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