El método eclesial

El Método Eclesial de enseñanza de RICA tiene sus raíces en la tradición católica.

El Método eclesial es un método de llevar a cabo la catequesis que está profundamente arraigado en nuestra tradición católica, que puede utilizarse eficazmente dentro del catecumenado parroquial. Esta entrada de blog brindará una descripción muy práctica y breve del método para que el lector pueda familiarizarse con el método y utilizarlo en su propia catequesis parroquial de RICA.

Las 5 Etapas del Método Eclesial:

  1. Preparación
  2. Proclamación
  3. Explicación
  4. Solicitud
  5. Celebracion

El Manual del Catequista de RICA (desde el Serie En el viaje distribuido por Liturgy Training Publications) sigue este método en su esquema para cada sesión catequética.

Paso 1 – Preparación

Este primer paso es desconexión calculada. Las personas que asisten a la sesión de catequesis tienen sus propias inquietudes, preocupaciones, excitaciones, penas y ansiedades. Entonces, lo primero que queremos hacer es preparar las mentes y los corazones de nuestros estudiantes para la verdad que Dios desea alimentarlos hoy en nuestra sesión. Queremos ponerlos en el estado de ánimo adecuado, para que sean dóciles a lo que el Espíritu Santo desea hacer en la hora siguiente a la que reciban la catequesis.

El primer e indispensable componente de Preparación es el medio ambiente. La habitación debe estar limpia, bien iluminada, bien ventilada, a una temperatura agradable y hermosa. La habitación debe reflejar la Verdad, la Belleza y la Bondad. Un componente esencial de su entorno debe ser un área designada llamada "espacio sagrado", que debe ser un poco diferente para cada sesión, dependiendo del contenido de esa sesión. Para adaptar el espacio al año litúrgico, se pueden utilizar paños verdes durante el Tiempo Ordinario, morados en Adviento/Cuaresma, blancos en Solemnidades, etc.. Muestre un ícono, un crucifijo, una estatua o una pintura/grabado que se base en el tema de la sesión o esté relacionado con el día actual en el calendario litúrgico. Por ejemplo, si estás catequizando sobre la Resurrección, usa el texto de Carravaggio. Tomás que duda.

Cuando empiece, explique el espacio sagrado. Si va a comenzar leyendo las Escrituras, coloque la Biblia en el espacio sagrado y tome la Biblia del espacio sagrado para leerla.

Luego, comience la sesión con una actividad que libere a los participantes de su estado de ánimo anterior y los prepare para la verdad que están a punto de recibir. Un ejemplo sería comenzar cantando un himno o una canción como grupo con música instrumental. O celebre una pequeña liturgia de la Palabra como se describe en RICA #84-89. O muestre un breve fragmento de una película. Debería haber una buena introducción a la doctrina.

Paso 2 – Proclamación

A continuación, proclame la verdad que se explicará en una o dos frases. Podría ser un breve pasaje de las Escrituras. Podría ser una lectura del Catecismo (las secciones “En resumen” son un buen lugar para buscar). No debería tener más de dos o tres frases. Proclamad esta verdad de manera evangélica: “Si no te queda nada más que sacar de lo que te digo hoy, recuerda esto…” Si tiene una pizarra blanca, anótela para mostrarla. En la entrada del blog “Analizando doctrinas: qué enseñar”, la Proclamación sería la Premisa.

Por ejemplo, digamos que su sesión de catequesis está en La Santísima Virgen María. He aquí un ejemplo de proclamación: “Dios eligió, desde toda la eternidad, conseguir la libre cooperación de una joven virgen para traer salvación a la raza humana”. Para El pecado original, su proclamación podría ser: “Nuestros primeros padres, tentados por Satanás, trajeron el mal al mundo. Heredamos su naturaleza caída y sólo podemos esperar que la misericordia de Dios nos redima”.

Paso 3 – Explicación

Este es el meollo de la sesión de catequesis. Ahora es cuando expongas sistemáticamente lo esencial de la verdad, para iluminar el intelecto y conmover el corazón de tus oyentes. En la entrada del blog “Analizando doctrinas: qué enseñar”, la explicación incluye lo esencial, lo que comúnmente se malinterpreta, la base bíblica y la doctrina relacionada.

Utilice marcadores y una pizarra, PowerPoint y vídeo. Entrega folletos. Suscita preguntas. Hacer preguntas a los candidatos y catecúmenos. Por todos los medios necesarios, no convierta este paso en una conferencia aburrida. Se necesita un maestro talentoso para explicar exitosamente la verdad de Dios a fin de llevar a los participantes a la Fe, la Esperanza y el Amor.

Paso 4 – Solicitud

A menudo, en un ambiente de RICA, este paso se lleva a cabo dividiendo el grupo grande en grupos pequeños y respondiendo preguntas escritas previamente que aplican la doctrina a las vidas de los participantes. Este paso favorece la conversión y pretende dar frutos en la vida de los estudiantes.

Sus alumnos deberían pensar: "Vaya, esta verdad tiene profundas implicaciones para mi propia vida", y deberían escuchar el llamado a la conversión, a ser cambiados.

A menudo, la explicación y la aplicación no son tan distintas ni separadas. La explicación debe incluir puntos de aplicación porque toda doctrina cambia la vida.

Paso 5 – Celebración

Queremos terminar la sesión con oración, gratitud y alabanza a Dios. Aquí hay unos ejemplos:

  • Si la sesión fue sobre María, cante lentamente el Ave María. a capella (sin acompañamiento instrumental) en grupo o rezar la Salve, Santa Reina.
  • Termine con la oración nocturna (completas) tomado de la Liturgia de las Horas.
  • Reproduzca una canción de un CD y medite sobre la letra.
  • Ofrezca intenciones individualmente y concluya ofreciendo una oración general por las intenciones que acabamos de mencionar.
  • Como grupo, canten uno de los himnos o canciones sugeridos para esa doctrina en particular en el Manual del Catequista de RICA.

El objetivo de este paso final del Método Eclesial es concluir la lección y cerrar la sesión. Si es factible, intentar vincular la Celebración a la doctrina.

En conclusión

El triple objetivo del Método Eclesial es (1) hacer que los participantes comprendan el Depósito de la Fe, (2) y conmuevan sus corazones afectivamente, y por tanto, (3) que respondan con una fe que obra en el amor. Este método pretende cerrar la brecha entre la doctrina y una espiritualidad auténtica y vivida.

Para obtener más información sobre este método, consulte “El misterio que proclamamos”por Mons. Francis D. Kelly (Nuestro visitante dominical, 1999 o Wipf y Stock, 2008).

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