Cinco formas de manejar consultas sobre OCIA en cualquier época del año

Las consultas de RICA llegan en cualquier época del año.

Investigador de OCIA: “Hola, me gustaría aprender más sobre cómo ser católico.

Secretario Parroquial: “Lo siento señor, es sólo enero. Por favor regrese en septiembre.

Este diálogo ficticio entre un secretario parroquial y un consultante es algo que todos queremos evitar. Sabemos que nuestras parroquias y el proceso por el cual las personas se unen a ellas (es decir, OCIA) deben estar muy preparados para recibir a los recién llegados. en todo momento. También sabemos que el Espíritu Santo inspira a las personas, y las personas responden a su incitación, en momentos impredecibles. Finalmente, muchas parroquias comienzan un nuevo ciclo OCIA una vez al año en el otoño; y ese ciclo está diseñado para introducir a las personas de manera gradual y sistemática a Jesucristo y la fe de la Iglesia Católica. Por lo tanto, introducir a las personas después de que hayan pasado semanas y meses puede causar confusión, o al menos proporcionarles una comprensión y experiencia deficientes de toda nuestra fe.

Entonces, ¿qué se puede hacer? Lo ideal sería que las parroquias trabajaran gradualmente para implementar lo que comúnmente se llama una Proceso OCIA “todo el año”Este modelo suele consistir en grupos que funcionan simultáneamente y están compuestos por personas que se encuentran en diferentes “etapas” del proceso de iniciación. Por ejemplo, un grupo de investigación se reuniría durante el mismo período que un grupo de catecumenado. De esta manera, los investigadores siempre pueden incorporarse inmediatamente a un grupo apropiado.

Mientras tanto, debido a diversas limitaciones, muchas parroquias no están en condiciones de ofrecer un modelo tan sofisticado en un futuro próximo, pero tampoco quieren rechazar a los solicitantes ni incluirlos indiscriminadamente en sesiones que comenzaron hace meses. ¿Entonces, qué puede hacerse? Afortunadamente, hay una serie de posibles solucionesLo que sigue, sin ningún orden en particular, son algunas sugerencias prácticas que podrían ayudar a una parroquia a hacer dos cosas simultáneamente: (1) mantener un proceso OCIA sistemático de “vía única” y (2) ofrecer algo, por modesto que sea, que satisface las necesidades pastorales y catequéticas de los interesados en cualquier época del año:

Opción A) Uno a uno

Asocie al solicitante con un feligrés de confianza y disponible que pueda conocerlo y hablar sobre la fe católica periódicamente hasta que surja una oportunidad formal de solicitar información. Obviamente, esta persona podría ser un sacerdote o tal vez un catequista de su equipo OCIA u otra persona que algún día podría convertirse en el patrocinador. Por el contrario, una pareja casada u otro grupo de personas podría invitar al solicitante a cenar con ellos quincenalmente o mensualmente.

Vale la pena mencionar aquí la importancia de la entrevista inicial, que se lleva a cabo cada vez que una persona pregunta por primera vez. Es la forma más eficaz de mostrar a los investigadores que estamos feliz de recibirlos Incluso si no pueden simplemente “comenzar” en medio de un ciclo OCIA existente, también les brinda la oportunidad de evaluar sus necesidades y determinar la mejor manera de atenderlos.

Opción B) Noches/mañanas “sin cita previa” del solicitante mensual

Un sacerdote, diácono o laico competente podría responder preguntas, ofrecer una breve presentación sobre un elemento de nuestra fe, dar un testimonio personal y/o dirigir una reflexión sobre un pasaje bíblico apropiado. Por “mañana”, una parroquia podría considerar temprano el sábado o domingo por la mañana o una versión de mitad de semana de 7 a 8 a.m. Se podrían invitar a posibles patrocinadores y eventualmente asociarlos con aquellos que avancen en el proceso. Los feligreses de mentalidad evangélica agradecerían esto como un evento sin compromiso al que sus contactos no católicos podrían ser invitados de manera continua.

Opción C) Buenos libros

Entregue un libro a quienes pregunten y pídales que visiten periódicamente a un sacerdote o a un laico competente para conversar.

Algunos títulos sugeridos:

Opción D) Programas parroquiales existentes

Considere otros programas parroquiales que comienzan en diferentes momentos del año e invite a quienes pregunten a ellos. Asegúrese de avisar a los coordinadores del programa para que puedan esperar y prestar un poco más de atención a cualquier pregunta. Este también es un buen grupo para reclutar patrocinadores potenciales.

Opción E) “Ponerse al día”

Dependiendo del momento y de la persona, se podría recurrir a algún recurso creativo para ponerse al día, después de lo cual se podría incorporar a la sesión estándar de OCIA. Esto se podría lograr mediante material de lectura, presentaciones grabadas o reuniones adicionales con un catequista.

Sin embargo, este enfoque no está exento de riesgos, ya que es fácil apresurar a una persona a través del “material perdido” sin darle tiempo suficiente para una reflexión y conversión adecuadas.

Para terminar, el esfuerzo adicional que implican las sugerencias anteriores no sólo nos permitirá dar la bienvenida a las personas en cualquier momento. También, a largo plazo, nos permitirá más tiempo para evangelizar y catequizar a aquellos que, por la gracia de Dios, algún día se unirán a la Iglesia Católica.

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